Generaciones
Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven
mientras me miraba sin verme,
yo dije mamá, quédate
abrazando su cuerpo diminuto
envuelto en pañales y olor a talco;
mi hija dijo mamá, no llores
y me acarició la cabeza consolándome.
Cuando mamá murió, durante unos segundos
no tuvimos muy claros los lazos que nos unían
no supimos quién se había ido
y quién se había quedado
ni en qué momento de nuestras vidas
estábamos viviendo
o muriendo.
La alambrada de mi boca - Editorial Baile del Sol
Entrevista a Ana Pérez Cañamares
Admiración de ese Saber caminar por el alambre más allá de las heridas
y la necesidad de tener los ojos empapados de luz hacia la verdad:
voz de Mariposa.
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