Na memoria das traballadoras dos lupanares de Pompeia
Si entro en erupción
nadie está a salvo.
Desde pequeña sé
que en el fondo estoy hecha
de lava prófuga.
Mi columna de humo
asciende vértebra a vértebra
a la estratosfera.
Te abrazo.
Te abraso.
***
Crónica primera
De cómo fui cuarto creciente
y llegué aquí descalza entre laureles
y de cómo fluí por demoras de cuerpos
desvariada
de cómo roté envuelta en los helechos de los proscritos
y de cómo la ocupación de los equinoccios.
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