Sahrauia
Tuve sed, y tus dedos
escanciaron el rocío.
Tuve hambre,
de pan, de paz,
y tus cantos me colmaron.
Con la capa de estrellas,
arropaste la noche gélida,
acercaste la luna y la brisa marina.
Espíritu,
Alegría, esperanza,
cómo compensarte, dime,
cómo superar la magia.
*
El silencio de las nubes
A las nubes no les quedan pastores.
Nómadas taciturnas
tras los rebaños de dromedarios,
las risas de los niños, los frigs de jaimas,
los pozos verdes y las melfas cantarinas…
Todo es distinto.
Se fueron…
y vino el silencio
a cubrir la infinidad
de narcótica pausa.
Adormece al río,
al viento enmudece,
vacío… en la mirada,
en la palabra… intención.
No queda nada.
La sombra de las nubes consuela a una huérfana acacia.
*
Las fuentes
Renuncio a aceptar
tu infidelidad amañada.
Renuncio a tu maquillaje rojizo,
ese,
que me trae la realidad desvirtuada.
Busco recuerdos
en las rendijas
de mi memoria rota.
Una esquina,
un guardia de tráfico,
una cara desdibujada.
Camino a tientas
sorbiendo tus venas,
tus perfumes salados,
huyendo sin saberlo,
cuando me salvan
las palmeras
que gritan desoladas:
No es lo que piensas.
Las abrazo,
me convierto en raíz.