En el jardín del palacio
se mezclan los ilustres.
El caballero,
que a la verdad corteja
y pretende desposar,
cede el derecho de pernada
ante el poderoso rey.
La preñez de la verdad
da lugar
a un par de gemelos mestizos,
serios,
desnudos,
dormidos, dormidos, dormidos.
En el altar se les bautiza,
y todos los invitados comen,
alabando a los bastardos,
creyéndoles hijos verdaderos,
de la verdad y su caballero.
Y todos los invitados están
serios,
desnudos,
dormidos, dormidos, dormidos.
Se me ha encaprichado una tez blanca
cada noche te corres en mi cara porque yo lo quiero
*
Cuando te sientes satisfecho
vuelves a casa
la dejas abierta
y sueltas a los perros.
No me enfrento a ellos
pero conocen mi olor
me encuentran en la basura
me acosan hasta el sótano.
Desde la puerta
me ladran
y me ridiculizan y me
impiden salir
el tiempo que les parece.
A veces
Me dejo comer las manos
Durante unos minuto
Siento su hocico cálido.
Tú ya ni siquiera
reconoces mi sangre en sus bocas
y cuando vuelven a ti
enfermos, hambrientos
cansado de perseguirme
hundirán de nuevo su hocico
en el plato de tu puerta.
Irene La Sen- Cal
Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker
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