Camino al colegio-a punto de caer- pero voy.
Sombría camina la gente cruzando el barrio.
Sombría retumba a lo lejos la fábrica
“… La carita, carita, carita, carí…
Será ángel mío más negra que la tierra.
Las manitas, manitas, manitas mani…
Temblarán de frío.
Pequeño, pequeño, pequeño, peque…
En la mangas de la guata soplará el invierno.
Un pañuelo encarnado ciñe el fino cuello...
Te arropa, niño, ¿sientes tu alma el calor?
Todo lo comprendí lo comprendí entonces.
No hay nadie, ni nada, jamás.
Esté donde esté, al viento negro,
en la nieve negra caeré y moriré.
Encima de mi fábrica retumbará
Encima de mí una estrella brillará.
Una estrella oxidada de extraña nervadura,
y no habrá nadie, ni nada, jamás.
En la orilla de la memoria
Aguantándose en su única pierna
Está, metido en un abrigo hurtado
Vasili kónchev-Gonchev, ¡Gue!
Perdió la prótesis en una juerga
y con ella su valiosa bota.
Bebe cerveza de una lata de litro,
esperando encontrar así el reposo.
Y yo le largo la mano:
!Venga, ya basta. Pásala!
Creo que vivimos en circulo
y que no perecemos jamás.
Y me queda. Me queda sólo esperar
conteniendo la respiración eso es,
ahora, después de beber sonreirá.
Y se repetirá entonces mi vida
Antología - La hora de Rusia- poesía contemporánea
Colección Visor de poesía
No hay comentarios:
Publicar un comentario