Pie de foto: Los editores de Poesía también
van a manifestaciones
Debí regresar hace mucho tiempo
pero me fui siendo muy joven,
no domino los secretos de la tierra,
ciclos de la luna,
las confidencias del agua.
No aprendo a empreñar los campos.
Tan solo el sonido de la noche
dispersa el color sepia de las casas.
Tan solo el olor a madera,
el olor a infancia, a vida y a muerte
crea este tacto de musgo.
Sueño con pan de maíz y sopas de ajo.
Sueño que bajo el hórreo
descansa el carro de los bueyes,
la pala de dientes,
los aperos de labranza.
Al amanecer me acerco hasta el cementerio.
Están todos muertos,
están todos muertos,
están todos muertos.
Junto a ellos hay una lápida
con mi nombre.
Tras ella
descansa
mi infancia.
Volver al pan,
llegar a casa - Canalla ediciones
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