Hablas
como si Dios
no supiera
que guardas un diente de oro
en la punta de la lengua,
y en el centro de la verga,
un dietario.
*
No haré un castillo con mis penas
murallas de bronce tan perfectas
no espolean mi flojera.
Las marcas de estos nervios
malhablados son mis letras,
desgracias, en suma, milimétricas,
en humo y ceniza se conviertan,
nube altiva,
la única noticia que tengo de mi misma,
llámala cementerio.
*
Te daré mis manos
si me amas,
y si no,
quédate con las uñas mordidas
de mis dedos.
*
Besos escritos
teje la araña
en la tela de la página.
No vayas a quererme así de sola,
en el lecho de una hoja,
ni anuncia ni sugiere,
delata terror a ser besada.
Besos escritos retahíla
cantarina el desafecto,
o el amor viciado,
que antecede al nombre,
los deja flotar en el limpio escaparate,
como dulces sueños
que jamás tocarán mi boca.
Poemas impuros - Ediciones Bruguera
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