No sé dónde leí que toda la literatura es fruto de la ausencia. Esa ausencia
en un grado metafísico pero también la tiñe la vida cotidiana, marcando
los días como un metrónomo regido por la añoranza y el deseo, esos
dos farsantes que provocan el desasosiego y hacen que el orden
por el que uno intenta conducir su vida se tambalee.
*
Un libro sin leer es una ventana cerrada.
*
En la habitación de la moribunda la colección de dinosaurios
de plástico de su nieta.
*
La confianza en los demás nace de la propia
fortaleza; la desconfianza, de la propia debilidad.
*
La muchacha a la que le gusta pasear desnuda por el jardín
de su casa, y sin embargo desconoce el voyeurismo.
Arsenal - Ediciones Lengua de Trapo
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