Esta ciudad no conoce el mar
La ciudad ha echado por fin el cierre
con el sueño puesto en el azul salino,
después de tanta angustia contenida.
Es hora ya de alcanzar el mar,
pero aquí no se respira salitre,
Otra noche más quedan las señales varadas,
rotas las ilusiones,
y los abrazos del asfalto gélido.
La luz entre los cipreses - Ediciones En huida
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