SERÁ EL MAR
Desde el cielo el mar no parece salado [cobija lentamente arrugada
que contonea sus espejismos cosidos con un hilo de coral a la espalda
de la historia]. No hay entradas a esta superficie infinita que no acaba
donde la tierra restriega su lengua para alargar la vida [continuidad aplastante de dónde solo se puede rescatar la nostalgia
y un par de latas a la deriva].
EL PUENTE
PIES
Los zapatos se han convertido en el escudo antimisiles
de nuestros tiempos. Nacidos casi con zapatos, la piel
que cubre los pies se torna debilucha, blanquecina, pobre,
sensible a zancudos y roces a piedra y humedades.
Los sentidos que pueden registrar las únicas dos partes del cuerpo
que casi siempre están en contacto con la dureza de la corteza
se han ido atrofiando, disminuyendo con nuestra capacidad
de precisión.
La tierra no es ya nunca más nuestro planeta. Somos de caucho,
de cuero, de plástico con capa de aire para evitar que nuestras
rodillas - y nuestra alma - se lastimen. Sientan.
Terca resistencia
Amargord ediciones
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