Para escribir
para escribir me escondo,
como una mujer primitiva se escondía
para parir.
Como un animal herido se esconde
para lamerse a gusto la sangre,
así nadie sabe de mí
cuando me pierdo para escribiros esto.
***
Oftalmólogo
Veía borroso el poema.
El médico de ojos
me mandó una medicina “lágrimas artificiales”.
el médico me dijo: “Que tengo que llorar más”.
Dos gotas por la noche
y dos gotas al despertar
Yo le dije:
– Doctor, por la mañana
al leer el periódico lloro
y por la noche
si no está mi amor conmigo
a chorros lloro.
El oftalmólogo insistió en las gotas
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