Traspasa tu rostro
en la ventana
este paisaje doradamente verde
Si bostezas
parece que comieras árboles o hierba
y todo el cielo azul se filtrase en tu boca.
No me atrevo a preguntarte
sé que no te conozco aunque seas breve
¿Cómo es qué
de algún modo
quizás tan solo ahora
toda viva dentro de ti mientras tú duermes?
***
A Lola
Sagrada obra de arte tu cuerpo desnudo
Qué timidez le retiene entre estas
sábanas?
Templo de ti
¿duermes?
Piel suavidad
espalda.
***
Últimamente mis dedos no funcionan
no artistean bien a la guitarra
no tocan.
Se ajustan mal a los bolsillos de mis propios pantalones
quizás prefieran otos.
No pulsan bien
no se deslizan bien,
lo noto en el cajero del supermercado.
Se atascan cuando cuento,
cuando juego a hacer sombras con la lumbre,
cuando hacen callar
o cuando no hacen nada.
No encuentran la razón de sus pliegues
ni elementos mecánicos
conviven encallados sobre su propia existencia.
Será que no te tienten,
será que o te tocan.
***
Desde aquí no puede verse el mar
todo es noche inundando el aire;
un horizonte de puñal se comba en azul dorándose
levemente,
teñido de un naranja que curva lo oscuro
como una herida que casi no sangra;
el filo del cielo
transparente se rompe
y la noche se acerca a la ventana;
Hay ruido en el avión,
un montón de luces se hacen grandes
y la tierra,
al final
la tierra.
****
Volver a ver la hierba verde,
la hierba
de mi tierra verde, madre,
de mi tierra madre,
verde la hierba padre,
verde la hierba.
fotografia propiedad del aautor |
Alguna vez
Biblioteca La Baragaña
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