Entre las flores, con una copa de vino,
estoy bebiendo solo: no tengo compañía.
levanto mi copa y se la ofrezco a la brillante luna.
Me vuelvo hacia mi sombra: ya somos tres.
Pero la luna no sabe beber,
y la sombra sólo sigue mi figura.
A pesar de todo me siento acompañado
por la luna y por la sombra.
Debo gozar es primavera.
Yo canto y la luna me mira y parece que avanza.
bailo y la sombra se mueve en desorden
Mientras conservo la razón somos buenos amigos,
pero cuando me embriago cada uno por su lado.
Queda así para siempre establecida una platónica amistad.
El próximo encuentro será más allá en lo alto,
en la lejana Vía Láctea.
Antología Poetas chinos de la Dinastía Tang
Colección Visor de poesía
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