La caída
Así fue la caída blanca
silenciosa como un búho en las grapas de la noche.
Y qué bello era su rostro
la tarde en que me dejaba.
Qué bello.
Como un cardo bello como una araña.
Como un puñal como un cáncer que bello.
Con esa belleza fácil y sin culpa,
pues ser bella no le costaba nada.
Qué le iba a costar. Ni siquiera
la tarde en que se fue
consistió en rebajarla.
Y fue increíble escuchar
"Ya no quiero estar contigo"
En su rostro de siempre,
qué bello era por dios,
qué bello.
Pero al menos escribo. Desde
el mismo lugar en que caí,
escribo. Ella sigue su camino,
cometiendo belleza,
y yo sigo en mis versos,
intentando la mía.
Neorrabioso Poemas y pintadas
Ediciones La Baragaña
Y su blog
Aunque dice que está en extinción
es toda una enciclopedia
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