No faltéis a la puesta de largo
de este poemario
Los perros con bigote tambien tienen
derecho a ladrar poemas
MÁRTIR A LAS PUERTAS
DE UNA URBANIZACIÓN DE LUJO
I
Moscú, no te equivocas.
Cerré la puerta a mi espalda
y ahora llevo cosida a mis entrañas
la llave de oro manchada.
Me espera más allá la de los ojos condenados
la que más rápido enredó sus manos
en mi barba de escamas y tristezas.
II
Alzo el pie del suelo
Reduzco las palabras a una cadencia
cercana a los pulmones
Pronto se olvidan de la luz
III
Camino a solas
pero no vengo con las manos vacías
Recibí una invitación personal
de las manos del mismo César
y no me detendré ante sus puertas
No hay guardián que cierre el paso
El perro, en su caja de cartón,
duerme el sueño de las moscas
IV
Finalmente, se desploma el horizonte
Y un pájaro de memoria minuciosa
Me revela la oscura contraseña
Los esclavos silenciosos de la isla
Me abrirán las puertas
V
La luz del sol se desvanece
El reloj contiene su aliento de araña
Pronto marcará la hora señalada
un fuego blanco sobre el labio
y el croar de las gargantas secas
VI
Una luna de infancia guía mis pasos
hasta el antiguo cauce del río
Por su lecho ahora sólo se arrastran
peces de piedra y ramas dormidas
El sol de mil días se ha llevado el ruido
Cierro los ojos.
La corriente arrastra muchachas y promesas
VII
Me enviaron desde el Kremlin
a susurrar en sus oídos
que me llevé a sus hijas de la mano,
que alimenté a la serpiente alada
con sangre y barro emponzoñados
de las tierras donde los hombres
se comen a otros hombres
y no queda nadie útil
para emplear en las fronteras.
VIII
Treparán sobre sus cuerpos sin zapatos
otros perros de la guerra. de dedos enjoyados
Mujeres envueltas en sudarios
echarán sal sobre los ojos
IX
Oídme susurrar:
Las raíces deste árbol
alcanzan todas las orillas
El Último Jueves 15 años Poesia
On the road - Calima Ediciones
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