IX
Volver la vista atrás,
a la suave cadencia o la debida,
a la estrella sin más
en su justa medida,
al vientre vulnerado hasta la vida.
Y un instante el azote
de aquel blanco desnudo, mordedura
sin ley, justicia o dote.
Extraña criatura
que vuelve al otro día, en la espesura
del sueño, en la opresión
del llanto. O la mirada sin aliento
sin paz y sin perdón
aquí clavada, en lento
ahogo donde el sol pone su acento:
el hombre este amasijo
de nostalgias, el hombre y la memoria
de sus muertos. Y fijo
el luto, fija la hora,
en que el dolor no escampe con la aurora.
***
ELLA
Sacadla de este fango de amor
-había dicho-
de esta arena sucia de caricias,
de este cuerpo aún,
pegado a los ojos, a las manos,
tan pegado con sus noches
de corceles y paisajes.
Sacadla de este fondo de grito
-había dicho-
de este fondo de ave tierna
y empapada, tan recién nacida.
Poned en sus manos colores nuevos
donde el azul estalle,
y un amplio fulgor de primavera.
***
ACASO
Por si acaso la luna
y sus jazmines tienden el perfume
de tu rostro en la arena.
Por si acaso el olvido
donde las olas tejen su rumor
de noches te aproxima.
Y te siento de nuevo
y cruzo tu agonía, y sigilosa
el alma y aterida
te busca en su zozobra.
Por si acaso la luna y sus jazmines
ondulasen tu luz.
con tan blanca presencia.
O volviera desnudo amanecer
de guirnaldas y bocas.
ASÍ EL SILENCIO
CALIMA EDICIONES
No hay comentarios:
Publicar un comentario