SIGNOS Y AVES
En la octava morada,
incierto vuelo, vuelas,
casta en la rama
de mi pecho tibio.
incierto vuelo, vuelas,
casta en la rama
de mi pecho tibio.
Leve te posas,
candorosa y virgen,
sobre el azul final
de cada anochecida.
Con tus alas de niña
ilegalmente joven
penetras en la espuma
de mi cuarto amoroso
y un milano pareces
que el vuelo detuviera
en los aires el rumbo
cuando en mi palma comes.
Ámbar (libro inédito) 1984
LAS MEDIAS BLANCAS
Tengo unas medias blancas de seda que me pongo
cuando me visto el traje negro de los recuerdos.
Son unas medias finas, hambrientas de fantasmas
que hacen juego con pájaros interiores, oscuros.
Las piernas, penetradas por estas bocas blancas,
levemente se abren con signos vegetales.
Los hilos amanecen mi piel,
brotan, perdiéndose
entre los elevados pensamientos más íntimos.
En derredor: imágenes de ocupación pelviana,
soberbias latitudes desde el puente atestiguan
la entraña y las enaguas levantadas al vuelo.
¡Qué holgada está la tela de la falda de flores,
la rodilla suavísima con olor a naranjas!
Por los muslos se agrandan los dibujos henchidos,
son copos invisibles calcinando altas cumbres.
Me infunden sobresaltos, me clavan dulces flechas,
tan finas son las mallas que saltan los engarces
y hasta el ocre desierto los poros me rezuman
feroces desatinos, presagios entreabiertos.
Siento flores y manos crecer entre las piernas
y más arriba el musgo
tapando el azulón vellón de la albufera.
No podía ponerme estas medias sabiendo
la gracia que se esconde, generosa en tu boca.
Espumosas persisten, sin causa me rodean,
temibles de tu roce, sin fatiga,
explorando.
De Lianas 1988
HABLA MAGDALENA
Hay electricidad y niebla en el suelo que
pisa.
pisa.
Él pasa, levitando, como la nieve de mis
pensamientos ,sobre el suelo naranja de
los atardeceres.
No pisa y está dentro de la tierra.
No pisa y está siendo arrastrado por el
aire.
Alguien me dice que estoy equivocada.
Alguien me ha dicho que su levedad es
fingimiento.
Mi corazón lo ha visto levitando y mis
ojos lo han visto electrizarse.
No tengo ni una duda de que en su cuerpo
está esa huella blanca que dejan los
llagados.
Es mi enfermo. Mi roto. Mi quemado imperfecto.
Yo curo con ungüentos azules la sal de su
tristeza, Me comeré su alma.
Me moriré con Él
De la Pasión 1988
EL BRILLO DE LA VIDA
Mientras estuve contigo yo
tenía la conciencia de que en el mundo
nosotros existíamos
también nuestros hijos
con sus distintas edades
bendiciones miedos
Nunca tuve tanta sensación
de existencia como todos los
años que viví y me vi viva
junto a ti
Nunca ni antes ni después
de estar contigo
viví de verdad y supe de verdad
lo que era el amor y la falta de amor
el brillo de la vida
sabiendo que vivía y que
estaba de pie
o que estaba sentada contemplando
después de ti
cuando te fuiste andando me quedé
suspendida en una interrupción
no despertando
aunque estaba de pie
sin poder despertar ahogada
sin poder despertar como esperando
sonámbula de pie
y no he podido aún volver al mundo
nuestro vertebrado
al brillo de la vida
no he podido.
Hoz en la espalda 2015
En pijama, leyendo una novela,
está la niña que ha matado al padre,
al lado de la cama tiene al muerto
tirado encima de un montón de libros.
Tres horas han pasado de la muerte
y al orificio de la bala asoma
un resplandor de oscura procedencia
que va cobrando forma de demonio.
Ella sigue leyendo, distraída,
comiendo chocolate y avellanas,
algo intuye que pasa extraordinario:
del libro están cayéndose las letras.
Todo el pijama goteando sílabas,
toda la cama llena de sintaxis,
todo el ambiente rojo de palabras,
todo en desorden una lengua, muda.
Y el padre se levanta del vacío,
se sienta al borde de la cama, serio,
se saca del bolsillo una cartilla
y empieza la lección de otro lenguaje.
De crímenes 1993
Mi bien Visor libros
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