Ejercicio de humildad:
Sube una montaña.
Intenta describir todo lo que ves.
A cada cambio de luz
vuelve a empezar.
Ríndete
***
Un pájaro aparece por la esquina de la nada.
Quizá por eso vuelan, porque la conocen.
La cruzan, la baten, la planean, sin temerla.
Mientras tanto, nosotros emborronamos
hasta el inmaculado vacío de los márgenes.
Lo intuye el poeta cuando rompe el verso:
sin la nada, no hay cielo que cruzar.
***
El otoño es carnaval para el que sabe
que resucitar consiste en estrenar mirada
que resucitar consiste en estrenar mirada
y ve colores, canto y camino
donde otros ven crujido y podredumbre.
Lo perenne perece de una vez;
pero el árbol caduco se disfraza
de mortaja cada año y el siguiente.
***
Crecí al querer elevarme
sobre mi propio horizonte.
Pero por qué elegí ser un árbol
sobre mi propio horizonte.
Pero por qué elegí ser un árbol
caminar con dolor en las raíces
si pude ser agua y su deriva
río que humilde desemboca.
Fundirme en el mar irrebatible
y dejar de estirar así las yemas
hacia un cielo que está siempre de paso
y que solo si no se anhela se disfruta.
***
Una mujer camina sobre la nieve
con la voluntad de un sirope de sangre
afilada como una hoz de una interrogación.
Se celebra el aniversario de los montes
y ella busca a los árboles cubiertos de encaje
los ramos de flores listos para cada mano
las guirnaldas para los supervivientes.
En el banquete quiere ser la niña traviesa
la abuela dormida y el regalo misterioso.
Quiere alisar rasos, aflojar corbatas
inflar globos, estirar manteles
disponer el musgo en los cuernos del alce.
Quiere ser la tarta y la tirita
bailar con el río y con la amapola
enmendar los miembros rotos con metáforas.
Pero sus ojos barren el paisaje
y sólo encuentran un silencio de entierro.
Puso a enfriar el champán en los neveros.
Cocinó con coágulos de moras.
Escribió poemas de alegría y triunfo.
No vino a atestiguar ningún vacío
y ahora su discurso será elegía
y duda entre silencio y la palabra.
Porque hablar demasiado tarde
es otra manera de matar la inocencia
es otra forma de hacerse cómplice.
La senda del cimarrón
Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker
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