YA VES
Ya ves
que vamos avanzando,
cumpliendo este camino,
no lo sé,
ya ves.
Ya ves
que vamos recordando,
creciendo hacia el ocaso,
no lo sé,
ya ves.
Ya ves
qué pálidas palabras
se pierden en la noche
sin hallar solución.
Ya ves
que hemos ido surgiendo
de inciertas y duras voces
de desesperación.
Recuérdame
como un árbol batido,
como un pájaro herido,
como un hombre sin más.
Recuérdame,
como un verano ido,
como un lobo cansino,
como un hombre sin más.
Ya ves
que fuimos agrietando
los muros mantenidos
no lo sé,
ya ves.
Ya ves
que estamos añorando
unos niños perdidos,
no lo sé,
ya ves.
Ya ves,
que voces diferentes
se cruzan en el alba
buscando la verdad.
Ya ves
que fuimos puente herido
de abrazos detenido
por ver la libertad.
Recuérdame
como un árbol batido,
como un pájaro herido,
como un hombre sin más.
Recuérdame,
como un verano ido,
como un lobo cansino,
como un hombre sin más.
De cantar y callar (1974)
***
VIEJO PAÍS
Qué te puedo decir,
a ti, viejo País,
que te yergues altico
sobre tu soledad.
Tú que sabes del mar
por lo que cuenta el viento
y que escuchas las piedras
bajo de ti, crepitar.
Y que el cielo repite,
al final de la tarde
todo el gran horizonte
donde pierdes tú:
qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País.
Tú que labras las manos
de las gentes antiguas
que en el campo trabajan
la simiente del pan,
que con ojos cansados
lloran tanta ausencia
como piedras y trenes
les anuncias que hay.
Y al final de sus vidas
se cobijan ingenuos
en el seno tremendo
de tu vientre ancestral.
Qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País,
si tu barro me sabe
al recuerdo infantil
de juegos escondidos,
olvidados en ti,
en plazas, en callejas,
en paisajes sin fin.
A tu sed de paloma
de barraca de feria
y a ese secano humilde
que te hace infeliz.
Qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País.
Tú, que entre tus paredes
guardas restos de historias
con figuras de piedra
sin corona y sin lid,
tú, que aúpas el vientre
de ese Ebro tremendo
que te salva a diario
de dejar de existir
y que con ironía
desprecias a los vientos
que de tierras lejanas
te quieren sonreír:
Qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País.
De Qué queda de ti, qué queda de mí (1984)
***
Y TENDRÁ TUS OJOS
Vendrá el otoño y tendrá tus ojos,
los ojos dulces de esos atardeceres,
en que la mar se siente estremecida
por el sabor a párpado del cielo;
vendrá el otoño y tendrá tus ojos,
vendrá el otoño y tendrá tus ojos.
Vendrá el invierno y tendrá tus labios,
los labios tenues que besan con asombro
la nieve hermosa que cubre las praderas
como cansinos pájaros de hielo;
vendrá el invierno y tendrá tus labios,
vendrá el invierno y tendrá tus labios.
La primavera será como tu cuerpo
cubierto siempre de árboles sin nidos,
de mansos lagos y besos detenidos
contra las noches de estrellas y de ríos;
la primavera será como tu cuerpo,
la primavera será como tu cuerpo.
Vendrá el estío y tendrá tus manos,
tus manos llenas de risas y de olvidos
para cruzar con ellas y contigo
la eternidad por la que hemos crecido;
vendrá el estío y tendrá tus manos.
De Qué vamos a hacer (1987)
Mar de amor
Canciones
Olifante Ediciones
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