con tus certeras flechas
pusiste en movimiento
al universo.
No respetas edad
señorío
talento
ni siquiera respetas
a los dioses
eliges tu objeto
y nunca yerras.
A menudo tus flechas
se desprenden
y de ese amor tu víctima
se salva.
Lo fatal es lo otro:
cuando las flechas calan.
Algunas llevan miel
otras
veneno
algunas forjan alas
otras
yugos.
Eros diosecillo perverso
querubín sin timón
vuelas de un lado a otro
y a tu merced estamos
desde el lo dorado
de un delfín
eliges tu flecha
y la disparas.
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