Fisioterapia.
Al acompañarne a rehabilitación
padre y madre decían siempre
camina como te dicen las enfermeras:
tacón, punta, tacón, punta.
Os perdono.
Pasaba toda la tarde caminando
agarrado
a una pasarela que tenía
un terrible espejo en el fondo.
Ya he roto ese espejo
relicario de mi infancia.
Pero ahora
saliendo de los bares,
terriblemente borracho
pienso en aquel:
tacón, punta, tacón, punta.
mientras meo sobre mis pies
pequeñas diminutas lágrimas.
No me miréis así
yo no sufro,
yo soy el hombrecaballo
el santo centauro
elegido
por la más blanca
de todas vosotras.
No habéis entendido nada.
Sucede que yo
solo sé caminar así
sucede que yo
solamente sé vivir así
arrastrando poemascadenas
levantándome muy poquito del suelo.
No me miréis así enfermeras,
dueñas de una copistería,
jefas de recursos humanos,
profesoras de inglés,
chicas de Marruecos,
todos mis antiguos amores
que luego os largasteis
con otro menos cojo.
Os perdono.
Poema recitado recientemente por el Autor en el Slam de Madrid
Máximo Fernández, en el escenario del crímen
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