30 de diciembre de 2020

5 Relatos de Guillermo Hernández - Filosofía de autobús





 3

— ¿Por qué le reñiste al camarero de esa manera?
— ¡Cómo que por qué! Le dije dos veces que el café lo quería 
bien caliente.
— Pero, macho, al final lo bebes casi frío, hablas y hablas y
tengo que decirte que te calles y te bebas el café.
— Sí, pero no es lo mismo que yo lo deje enfriar, esa es mi
decisión, a que un gilipollas decida por mi y me traiga el café
ya frio.


***


22

— Bésame con los labios... Bésame con los labios que me estas
llenando de saliva...
¿Pero con qué me estas besando? ¿Qué es esto, sudor o saliva? 
Bésame con los labios que luego la saliva huele.


***


37

— No sé, si me guío por los diez mandamientos puedo pasar, 
quizá tenga una oportunidad; pero si me guío por la Biblia no
puede pasar, porque soy un pecador, pecador. El que más...


***


39

— El lunes Sara no cogió el móvil, sólo dijo que no quería
hablar, el martes me dijo que no era un buen momento, el 
miércoles nada, no quise molestarla, el jueves y el viernes ya no
dijo nada y así toda la semana
— ¿Y para que la sigues buscando si no quiere hablar contigo?
— Ya, es sólo para que vea que yo iba en serio cuando le dije 
que quería estar con ella.


***


52

— ¿Mataste al bicho? 
— Sí, era uno largo, rojo y muy raro.
— ¿Era una mariquita? 
— No, a esas no las mato, las guardo y las llevo a casa. Las
 pongo en el balcón entre las hojas de mis plantas, y así cuando 
salgo las veo; me encanta estar rodeada de mariquitas.



 Filosofía de autobús
Ed. Libros Escafandra


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...