EL PARAÍSO
Las tuberías muerden el silencio
con agonía sórdida. Los gatos
han decidido lamentarse a coro
al otro lado de la calle. Un bicho,
taciturno y amante de mi lámpara,
proyecta en la pared sombras grotescas:
en ellas reconozco una figura,
un tipo con un sueño bajo el brazo
y un mapa equivocado al Paraíso.
con agonía sórdida. Los gatos
han decidido lamentarse a coro
al otro lado de la calle. Un bicho,
taciturno y amante de mi lámpara,
proyecta en la pared sombras grotescas:
en ellas reconozco una figura,
un tipo con un sueño bajo el brazo
y un mapa equivocado al Paraíso.
En otra habitación, algún borracho
celebra la resaca de mañana.
***
DE DRAGONES Y ABEJAS
Esta noche soñé con dragones y abejas,
y fue el sueño tan vívido que, al despertar, me puse
a revolver las sábanas, no fueran las criaturas
a darme otra sorpresa. Como era de esperar,
nada encontré. Tan sólo algunos pelos negros
y una mancha amarilla, inequívoco fruto
de la ingrata abstinencia. Después abrí cajones,
registré el mini-bar y el armario a conciencia,
puse patas arriba toda la habitación
en un esfuerzo inútil: se habían esfumado.
Aunque ya he descubierto, por algunos indicios,
el lugar donde habitan cuando no me torturan.
Mañana mismo dono mi rencor a la ciencia.
***
EL ÁNGEL
El ángel errabundo de la tarde
se ha sentado a mi lado a contemplar
la muerte de las horas que vistió.
Le ofrezco un cigarrillo y lo rechaza
con un gesto aburrido de celeste
indiferencia, aunque por eso no
menos real. Lo observo ⏤es tan hermoso⏤
y me decido finalmente a hablarle
de mi huida, del Sur, de tanto miedo,
pero le aburren mis historias. Siempre
le aburrieron los cuentos de los hombres
⏤ya no recuerda que quizá lo fue
en un tiempo lejano.
Los minutos
se escapan y las nubes estrangulan
el penúltimo brillo de este día.
Apenas un reflejo, ya sin alas,
el ángel me contempla un sólo instante,
y su rostro es el mío y el de tantos
que, como yo, recelan de la noche
y de los monstruos fieros que la habitan.
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